VIAJE SUBTERRANEO

Paris, 7 de abril de 1786.

"Es hoy el día en que se llevan a los muertos...


Luego de tanto tiempo de vivir entre ellos, será difícil acostumbrarse al aire fresco. Casi puedo imaginar el aroma de las frutas que venden en el mercado Les Halles, justo al lado del cementerio des Saints-Innocents, el que durante el verano hace notar los diez siglos de cadáveres que guarda en su interior. Hace ya doscientos años los médicos lo habían advertido, pero como siempre, fue necesaria una desgracia para que ellos se acordaran de su pueblo. Siento que esto pronto cambiará. Me pregunto si en el futuro las cosas funcionaran de otro modo.

Hoy se los llevan hacia las olvidadas galerías de Paris, les carrieres, 300 kilómetros de caminos subterráneos creados para extraer las piedras con las que se construyó la ciudad y sus palacios y, de ese modo, no quitarnos el terreno de cultivo.


La Tombe-Issoire o Les Catacombes, fueron llamadas así en recuerdo de sus símiles Romanas. Sin embargo, a diferencia de ellas, nunca un muerto será llevado directamente a su interior, los cuerpos serán trasladados desde todos los cementerios católicos de la capital, donde se encuentran hasta hoy. Será en ese sitio subterraneo donde finalmente se verá la verdadera egalité francesa: mi abuelo, el campesino, junto a Robespierre et Lavoisier!!!.

Las caravanas marcharan de noche y las plegarias se elevaran hacia las profundidades, donde más de 6 millones de almas reposaran a vista y paciencia de los viajeros que las quieran visitar."


Una experiencia alucinante. Visitamos las Catacombes de Paris, que solo son una pequeña parte de una vasta red de galerías subterráneas, que son revisadas y reforzadas constantemente a fin de evitar los accidentes y los hundimientos de terreno. Han servido de refugio para la resistencia frente a los Alemanes durante la Segunda guerra mundial y para los estudiantes de la revolución del 68. Actualmente está prohibido circular por ellas, a excepción del circuito turístico de 1,7 kilómetros que son las Catacombes. Sin embargo, existen grupos que aún bajan, que las exploran y que luchan por la conservación de este patrimonio de la ciudad, espero conocerlos.

A bien tôt

Jaime