samedi, novembre 10, 2007

Mis nuevos amigos e ideas vagas sobre el aqui y el alla

Nunca fui militante, quizás debo confesarlo ahora y aprovechar que estoy lejos, que mis palabras son como una brisa en medio del huracán que a nadie importan.

Mi historia es como las de muchos, quizás es el echo de estar lejos, solo y un poco sensible que me hace escuchar las palabras de Víctor con tanta atención. El minero, el campesino, el pescador ayer, el vendedor de zapatos, la profesora, la cajera del Lider hoy dia. Quizás es el orgullo de ser parte de una historia reciente, de estar viviéndola aun hoy día o bien es la esperanza adolescente que ella puede aun ser cambiada y que aun conservo en mi cuerpo cada día más viejo.

Acá la gente esta sola, en cuerpo y alma, tristes y lejanos observadores de un pasado inalcanzable, inmenso y difícil de alterar. Como ser parte de una sociedad ya hecha?, como encontrar un espacio de rencuentro en esta sociedad cada día mas fragmentada? en la que es tan difícil encontrar puntos de referencia o simplemente de apoyo. Quienes son?, A que estructura pertenecen?, quien los representa?, Hacia donde van?. Finamente, donde esta el futuro, si es que hay uno.

Desde aquí el mundo en el que vivimos se revela difícil, complejo, con problemáticas raciales, sociales, religiosas, culturales, identitarias, económicas. Veo gente en el metro colmado de la mañana, veo al pobre pseudo intelectual, al vil inmigrante busca beneficios sociales, al turista de ocasión, al ser ínfimo ultraindividualista, siempre leyendo su libro, escuchando su I-pod o jugando con su celular. Miradas vacias, cansancio, rabia y odio contenido.

Pienso nuevamente en Chile, en nuestros problemas, en nuestro pasado, el futuro y Dios, ese con el que me agarro a combos cada dos de tres días. Imagino las cosas a hacer, el trabajo que resta por emprender. Se que estamos con la mierda hasta el cuello, pero a pesar de todo creo que para nosotros y nuestra querida América Latina queda esperanza; tenemos valores comunes, aun pensamos que es posible. No hace mucho comprendo el sentido de la frase: “Nuestros Hermanos Latinoamericanos”.

Nunca escuche a Víctor ni a la Violeta, siempre hubo buenas razones. Hoy son mis amigos, me río con ellos, me emociono, lloro también a veces. Hoy día me tomé una de tinto con ellos, me contaron de Amanda y de otros amigos, me vi reflejado en sus canciones, reconocí a mi familia, mi infancia y a mis amigos, e incluso a aquellos que quieren ocultar ese reflejo. Me dijeron que ciertos valores fundamentales no tienen nada que ver con la política y me dieron fe en el mañana

Ahora que ya se fueron pienso en la coherencia d su mensaje, en los riesgos que tomaron y el precio que pagaron, en todo el tiempo me negué a escucharlos a causa de prejuicios, impuestos y propios, modas o simplemente de gil y en la actualidad de sus palabras.